Has invertido tiempo y dinero en cantidades para llevar tu idea a la realidad y has creado algo único: un producto tangible o intangible o una obra de cualquier rama o expresión del arte, la literatura o la ciencia; ¿cómo proteges tu trabajo de la competencia? Fácil: aplicando los derechos de propiedad intelectual.
Vendas lo que vendas, la originalidad es un valor apreciado por todos. Cuando creas algo realmente nuevo, partes con una ventaja competitiva especialmente valiosa, y es que tienes algo diferente entre manos, algo que tu competencia no puede explotar comercialmente sin tu permiso, a riesgo de infringir tus derechos de propiedad intelectual o los de tu negocio.
Aprende qué es y cómo funciona la propiedad intelectual en España y la Unión Europea, y cómo puedes aprovechar estos derechos para proteger tu negocio y asentar las bases, así, de su crecimiento.
¿Qué es la propiedad intelectual?
La propiedad intelectual es un término que hace referencia a los derechos que pesan sobre las creaciones de la mente humana. En el ámbito internacional, el concepto de propiedad intelectual engloba tanto a la propiedad industrial como a los derechos de autor.
En España, sin embargo, la propiedad intelectual está regulada por la Ley de Propiedad Intelectual y se la entiende como un sinónimo de los derechos de autor en particular. La propiedad industrial, por su parte, está regulada por su propio conjunto de leyes y normativas, como la Ley de marcas y la Ley de patentes, entre otras.
El fin principal de los derechos de propiedad intelectual e industrial, en todo caso, es proteger la capacidad de atribución y de explotación financiera exclusiva de los dueños de las creaciones, así sean personas físicas o sociedades mercantiles, y así se trate de creaciones artísticas, literarias o científicas, o de invenciones de carácter comercial, como productos, marcas y diseños.
Al mismo tiempo, la propiedad intelectual es fundamental para fomentar la innovación: sin leyes que protejan la capacidad de explotación comercial y la exclusividad sobre las creaciones e invenciones, desaparecería en gran parte el incentivo económico que empuja a las personas y las empresas a investigar, desarrollar e innovar.
Derechos de autor vs. propiedad industrial
Los derechos de autor (lo que en España se conoce como propiedad intelectual) son los que pesan sobre las obras artísticas, literarias y científicas, y protegen los derechos propiedad, atribución y explotación comercial de sus creadores.
Por su parte, los derechos de propiedad industrial son los que pesan sobre creaciones de carácter industrial y comercial, tanto tangibles (invenciones), como intangibles (signos distintivos y diseños); es decir: productos, marcas, procesos, modelos, etc.
Una diferencia práctica entre ambos que es fundamental de comprender es que los derechos de autor no exigen un proceso de solicitud, sino que se aplican automáticamente sobre la obra artística, literaria o científica; en cambio, para obtener la protección legal de los derechos de propiedad industrial, siempre debes seguir un proceso de solicitud.
En otras palabras, si escribes un libro o publicas los resultados de una investigación que has llevado a cabo, la Ley de propiedad intelectual protege tus derechos sobre tu creación de forma automática.
Por otro lado, si tu empresa de equipamiento deportivo desarrolla un nuevo tipo de suela especial, única en el mundo, deberás solicitar una patente en la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) para proteger tus derechos sobre tu invención.
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La propiedad intelectual e industrial en España y la Unión Europea
En España, al utilizarse el término de propiedad intelectual como sinónimo de derechos de autor, no hay un proceso para su aplicación, ya que esta es automática: una vez creada la obra, escrito el libro o publicada la investigación, los autores están protegidos por los derechos de propiedad intelectual.
En España y la UE la propiedad intelectual protege la capacidad de explotación y atribución de los derechos de autor durante 70 años tras la muerte de los autores. Cumplido el plazo, los derechos de autor caducan y el objeto que protegen pasa a ser del dominio público.
¿Qué protecciones te otorgan las leyes de propiedad intelectual? Como autor, tus creaciones te pertenecen y, a menos que cedas tus derechos (por ejemplo, si vendes los derechos sobre una obra a una editorial) tienes el control absoluto sobre su reproducción total y parcial y sobre su explotación económica y comercial.
Más allá de que la protección de la propiedad intelectual es automática, muchas veces es necesario comunicar la existencia tanto de los derechos como de la obra en sí. Es decir, si escribes un libro y nunca lo publicas, y luego alguien más publica un libro similar al tuyo, es posible que los derechos de propiedad intelectual protejan al autor que ha publicado la obra, ya que te será muy difícil probar que tú habías escrito una similar antes que él.
Es por esto que se recomienda a menudo registrar las obras y publicarlas incluyendo aclaraciones (ya típicas) como «todos los derechos reservados», de modo que quede asentada indiscutiblemente tanto la autoría de la obra como la fecha exacta en que se publicó.
La cuestión cambia si lo que tienes entre manos es una marca, una invención o el diseño de un invento, un proceso innovador, etc. En estos casos, necesitas cumplir un proceso puntual para poder proteger tus creaciones haciendo uso de los derechos de propiedad industrial.
En España, tanto los registros de marcas como las patentes se gestionan a través de la OEPM. Si quieres expandir tu negocio al resto de la Unión Europea, en cambio, deberás acudir a la Oficina Europea de Patentes o a la Oficina Europea de Propiedad Intelectual.
Otra diferencia clave es que los derechos de propiedad industrial tienen una duración mucho menor: las patentes duran 20 años y son improrrogables, mientras que los registros de marcas duran 10 años, prorrogables indefinidamente.
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Tipos de derechos de propiedad intelectual en España
Los derechos de propiedad intelectual, esto es, los derechos de autor, son, en esencia, derechos (en plural). A grandes rasgos, estos derechos de clasifican en dos tipos principales:
Derechos morales de propiedad intelectual
Los derechos morales de propiedad intelectual son los que pesan sobre el vínculo entre el autor y su obra; son irrenunciables, intransferibles e inalienables. Esto significa que, incluso si cedes la explotación comercial de tu obra a otra persona o empresa, aun así se deben respetar tus derechos morales sobre ella.
Estos son los principales derechos morales de propiedad intelectual:
- Derecho de paternidad: es tu derecho a recibir la atribución de autoría de la obra, ya sea con tu nombre o signo personal, o con un seudónimo. Cuando alguien se atribuye una obra que no es de su autoría, está infringiendo este derecho en particular.
- Derecho de divulgación: es tu derecho de decidir si tu obra es divulgada, y cómo. Como autor, también puedes elegir mantener tu obra inédita, sin divulgar, tanto tiempo como lo desees.
- Derecho de integridad: es tu derecho a proteger la integridad de tu obra, impidiendo cualquier modificación o alteración que a tu criterio pueda afectar tanto a la calidad de la obra como a tu propia reputación.
- Derecho de retirada: es tu derecho a retirar la obra del mercado o del acceso público; si has cedido los derechos de explotación comercial de la obra a un tercero (por ejemplo, a una editorial), puede que tengas que pagar una indemnización para ejercer este derecho.
Derechos patrimoniales de propiedad intelectual
Los derechos patrimoniales de propiedad intelectual son los que pesan sobre la explotación comercial y financiera de las obras. A diferencia de los derechos morales, los derechos patrimoniales son transferibles: puedes cederlos total o parcialmente, a cambio de una remuneración, a cualquier persona o empresa interesada.
Estos son los principales derechos patrimoniales de propiedad intelectual:
- Derecho de reproducción: es tu derecho a fijar tu obra en un medio para su reproducción; por ejemplo, si creas una canción tienes derecho a decidir en qué formato lo fijas, que puede ser digital, un CD o un disco de vinilo, entre otros.
- Derecho de distribución: es tu derecho a vender, alquilar o prestar tu obra original o sus copias al público general; es decir, a explotar comercialmente tu obra.
- Derecho de transformación: es tu derecho a modificar o a autorizar la modificación de la obra en cualquier manera, de forma que el resultado sea una obra diferente, derivada de la original. El ejemplo más claro es el de las traducciones de obras literarias.
En España, la cesión de los derechos patrimoniales debe hacerse por contrato, y este contrato debe especificar qué derechos patrimoniales se están cediendo, así como el ámbito geográfico y el tiempo de cesión, la modalidad de explotación de la obra y la remuneración que recibe el autor. A su vez, estos contratos de cesión de derechos patrimoniales pueden ser exclusivos o no.
Todos estos detalles son fundamentales. Por ejemplo, puedes vender a una editorial los derechos de reproducción y distribución de tu obra para el territorio español durante 10 años, manteniendo tanto el derecho de transformación como la capacidad de explotar tu obra en cualquier otro país.
Qué hacer si alguien infringe la propiedad intelectual de tu obra
Las infracciones de la propiedad intelectual son extremadamente comunes: los medios a menudo utilizan fotografías sin pedir permiso ni retribuir económicamente a los fotógrafos, y no es extraño encontrar tiendas de impresión bajo demanda que venden productos con diseños protegidos por derechos de autor sin permiso, como el logo de una banda o la imagen de un personaje.
¿Qué debes hacer si esto te sucede a ti? Antes que nada, recaba toda la información relevante que sustente tu caso: pruebas fehacientes tanto de tu autoría de la obra como de la fecha de su creación, y del uso y provecho en que ha incurrido la persona o empresa en cuestión, sin tu autorización.
Luego, intenta solucionar el caso por la vía informal: contacta a quien esté infringiendo tus derechos de propiedad intelectual explicando tu caso y proporcionando diferentes soluciones, que pueden ir desde detener la explotación de tu obra hasta el pago de una indemnización, o incluso la oferta de un contrato de cesión de derechos patrimoniales (y es que, bien mirado, la infracción podría convertirse en una oportunidad comercial).
Si la vía amistosa no funciona, puede ser necesario utilizar la vía judicial. Para esto, vas a necesitar contratar los servicios de un abogado especializado en propiedad intelectual para llevar el caso a juicio.
El impacto de la IA en la propiedad intelectual
La definición de propiedad intelectual es clara: es el conjunto de derechos que protegen las creaciones humanas; entonces, ¿qué sucede cuando una obra es creada por una inteligencia ajena a la humanidad?
El advenimiento de la inteligencia artificial tiene consecuencias muy graves para el concepto y la aplicación de los derechos de propiedad intelectual. Por primera vez en siglos, la propiedad intelectual debe adaptarse para responder a nuevos desafíos; en especial, hay dos cuestiones clave que se deben considerar: ¿a quién se atribuyen las obras creadas por IA? ¿Qué sucede con las obras que la IA utiliza como fuente de aprendizaje?
La primera pregunta es, quizás, la más difícil de contestar. ¿Tienes derechos de autor sobre una imagen que has creado usando Midjourney? ¿Y sobre un libro que has escrito con ChatGPT? Al tratarse de una tecnología de aprendizaje automático, tu influencia en el resultado final no deja de ser, en muchos casos, ínfima: aunque le des un prompt perfectamente estructurado y efectivo, el trabajo lo está haciendo la IA.
A su vez, la propiedad intelectual protege las creaciones humanas, de modo que entra en juego la cuestión de si se considera, o no, a la IA como una inteligencia humana, capaz de disfrutar de derechos al igual que las personas.
La segunda pregunta es, probablemente, mucho más acuciante: millones de artistas y científicos en todo el mundo están viendo vulnerados sus derechos de autor en este momento sin poder hacer nada al respecto.
Esto se debe a que la mayoría de inteligencias artificiales son entrenadas con miles de millones de obras, artículos, publicaciones, videos, fotografías, ilustraciones, imágenes, estudios, investigaciones, etc. Por supuesto, sin el permiso de los autores.
Luego, a modo sumamente simplificado, la IA utiliza los materiales de su entrenamiento para producir nuevos materiales, nuevas obras, estudios, videos e imágenes, integrando miles de elementos de miles de millones de fuentes diferentes.
A día de hoy, estos dos desafíos pesan sobre las comunidades artísticas y científicas de todo el mundo. Sin la protección de los derechos de propiedad intelectual, el incentivo que empuja al progreso desaparece en gran medida.
Es fundamental avanzar tanto en materia de legislación como de regulación en torno a la IA y la protección de los derechos de autor y de la propiedad intelectual en general, tanto de los autores de las obras que utiliza, como de las obras que produce, de modo que la innovación siga siendo rentable para todos.
Vende productos digitales en Shopify
Una forma excelente y rentable de explotar tus derechos de propiedad intelectual es comercializar tú mismo tus obras artísticas o científicas; ¿cómo? Vendiéndolas en forma de productos digitales en tu tienda online de Shopify.
Aprovecha las herramientas de Shopify para capitalizar tu talento y creatividad y monetizar tu trabajo, manteniendo el control absoluto tanto de la forma en que se vende como de su distribución y, no menos importante, de las ganancias.
Descargo de responsabilidad: esta guía está redactada para fines informativos y no constituye asesoramiento legal. Recomendamos asesorarte siempre con un profesional. Lee el descargo completo aquí.
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Preguntas frecuentes sobre propiedad intelectual
¿Qué se entiende por propiedad intelectual en España?
En España, el término de propiedad intelectual se utiliza como sinónimo del concepto de derechos de autor. En cambio, tanto a nivel de la Unión Europea como en gran parte del mundo, el término de propiedad intelectual engloba tanto a los derechos de autor como a los de propiedad industrial; término, este último, que se utiliza por separado del de propiedad intelectual en España.
¿Tiene vencimiento la propiedad intelectual en España?
La propiedad intelectual en España, entendida como los derechos de autor, tiene una vigencia que se extiende durante toda la vida de los autores, y hasta 70 años pasados desde su muerte. Cumplido este plazo, las obras pasan a ser de dominio público. En el ámbito internacional, los países firmantes del Convenio de Berna garantizan la protección de los derechos de autor hasta pasados 50 años desde la muerte de los autores.
¿Cuál es la diferencia entre propiedad intelectual y propiedad industrial en España?
En España, la propiedad intelectual pesa sobre las obras artísticas, literarias y científicas, y su aplicación es automática desde la creación de las obras. Estos derechos protegen a los autores durante toda su vida y hasta pasados 70 años desde su fallecimiento. La propiedad industrial, en cambio, pesa sobre creaciones tangibles e intangibles de carácter comercial, como marcas, invenciones, modelos, procesos, etc. Estos derechos no se aplican automáticamente, sino que exigen un proceso de solicitud y concesión. Además, el tipo de propiedad industrial determina su duración: las patentes duran 20 años, sin posibilidad de prorrogar el plazo, mientras que las marcas duran 10 años y son indefinidamente prorrogables.





